Automotrices de los EEUU piden u$s34.000 M para evitar quiebras por la crisis Ese es el reclamo que Ford, GM y Chrysler elevaron al Capitolio en su propuesta para revertir el impacto que causó la crisis internacional. El sector es clave para la economía de los EEUU La líder de
La congresista demócrata por California Nancy Pelosi, presidente de
"Creo que una intervención ocurrirá a partir de la legislatura o del gobierno", dijo Pelosi. "Pienso que está bastante claro que la bancarrota no es una opción", agregó.
Las automotrices de Detroit exhortaron el martes al Congreso a autorizar 34.000 millones de dólares en préstamos y líneas de crédito, mucho más que los 25.000 millones de dólares que no lograron obtener en noviembre, cuando los legisladores exigieron que las compañías mostraran planes demostrando que podían ser "viables".
El nuevo pedido ocurrió el mismo día en que GM, Chrysler y Ford Motor Co reportaron una caída en sus ventas combinadas en los Estados Unidos de casi el 40% en noviembre y advirtieron que el mayor mercado mundial de vehículos mostraba señales de que caerá aún más en el
Ford expresó ante el Congreso que necesita una línea de crédito de u$s9.000 millones y que una mayor reestructuración la volvería a hacer rentable para el 2011.
Tanto las acciones de Ford como las de GM subieron casi un 6% el martes. Chrysler LLC, la menor y más vulnerable de las automotrices de Detroit, pidió u$s7.000 millones al gobierno para fin de este mes, diciendo que sin esa ayuda podría quedarse sin dinero a comienzos del 2009.
La compañía, en manos de Cerberus Capital Management, también dijo que está buscando socios, una alianza estratégica o una fusión. Los líderes demócratas han pedido una amplia variedad de compromisos de parte de las automotrices para recortar costos y diseñar un camino claro para retomar la senda de la competitividad.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo que presentaría una ley provisoria que podría usarse para ayudar a las automotrices. Un rescate del Congreso ampliaría el alcance de la intervención del gobierno en la crisis, excediendo al sector financiero y convirtiéndolo en un importante accionista en un sector industrial clave.
"Estamos buscando asegurarnos que hacemos todo lo que podemos para cuidar la industria automotriz, si es que de hecho es viable", dijo Reid. Pero el senador republicano Arlen Specter advirtió que las automotrices aún enfrentan a un Congreso escéptico.
"El ánimo del Congreso no es ciertamente de mucho apoyo", dijo Specter tras una reunión con ejecutivos de las compañías y líderes sindicales. Los presidentes ejecutivos de las firmas de Detroit tuvieron una recepción hostil por parte de los congresistas en las audiencias de noviembre, coronada con la controversia sobre sus decisiones de llegar a Washington en jets privados para pedir ayuda.
Por eso, en esta ocasión los jefes de las automotrices eligieron otra manera de viajar para llegar a las audiencias planeadas para jueves y viernes.
El presidente ejecutivo de Ford, Alan Mulally, manejará un Ford Escape híbrido; su par de GM, Rick Wagoner, llegará en un Chevrolet Malibu híbrido, y el de Chrysler, Bob Nardelli, también planea conducir hasta Washington. "Si estas compañías están pidiendo los dólares de los contribuyentes, deben convencer al Congreso que van a adecuarse y cambiar sus métodos", dijo Christopher Dodd, el demócrata que preside el comité de banca del Senado.
"Deben demostrar un compromiso con la rentabilidad y la viabilidad que incluya elevar los estándares de consumo eficiente de combustible y controlar las compensaciones excesivas y los beneficios como los jets privados", agregó.
GM, Ford y Chrysler no pudieron hace dos semanas obtener un rescate de 25.000 millones de dólares de parte del Congreso, cuando los legisladores no quedaron convencidos de que el dinero de los contribuyentes sería bien usado. Los líderes demócratas pidieron que regresaran esta semana con planes modificados con foco en su viabilidad.
Aunque las posibilidades de que reciban la ayuda han mejorado, los comunicados de GM y Chrysler resaltaron el costo de un nuevo rechazo. "No hay Plan B", dijo el presidente operativo de GM, Fritz Henderson.
GM y Chrysler dijeron que la bancarrota no es una opción, pues haría que los consumidores eviten sus marcas y corren el riesgo de desmembrarse en una liquidación que dispararía una catarata de quiebras en sus proveedores y costaría cientos de miles de puestos de trabajo.
Ford, considerada la mejor posicionada de las tres, ha dicho que la bancarrota de cualquiera de sus rivales podría amenazarla, pues comparten gran parte de las autopartistas.
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